lunes, 9 de noviembre de 2009

EL DRAGON ROJO: MISTICA Y SANGRE






Sin duda el final de una película de terror tiene que ser la culminación perfecta a todo el desarrollo del film. Dejar estos minutos del metraje al azar, a los convencionalismos o a los formalismos de la industria cinematográfica, puede condenar una buena historia al ostracismo o a las estanterías recubiertas de polvo. Hasta el momento, en el Blog de los Mil Cadáveres, hemos analizado tres claros ejemplos de lo que puede representar una finalización acertada (La Matanza de Texas, La Niebla y Psicosis). Sin embargo también tenemos el extremo opuesto. Que el inicio sea tan arrebatador que consiga que el espectador entre en la trama desde el minuto cero. Eso sin duda encontramos en EL DRAGON ROJO (2002) dirigida por Brett Ratner, cuyos minutos iniciales son de gran calidad ofreciendo un épico enfrentamiento entre Anthony Hopkins (en su celebrado "alter ego" del asesino caníbal), y el actor Edwuard Norton en el papel de agente del FBI William Graham.
Presentar de arranque el que parecía el irremediable asesinato de su joven y carismático protagonista, hace que el espectador se descoloque antes de acomodarse siquiera en su butaca. La escena inicial es llevada con maestría e incluso con una sutil coreografía visual, que concluye en el rostro impávido de Lecter tumbado sobre la mesa de su despacho con varios impactos de bala en el cuerpo y un manojo de flechas en el costado... casi nada...






Lo títulos de créditos sirven para tomar aire tras unos minutos de infarto...
Por cierto, aquí de nuevo Ratner aprovecha lo que suelen ser "minutos perdidos", para ir entrando en materia e informar al espectador con detalles que podrían aburrir si no fueran narrados de una forma tan acertada en unos créditos de gran calidad... aderezados, con una efectiva y espectacular banda sonora que aporta a todo el film un ambiente angustioso...

El Dragon Rojo es la primera precuela de la impresionante EL SILENCIO DE LOS CORDEROS. En esta ocasión nos cuenta las peripecias de un intuitivo detective del FBI, que debe afrontar la investigación de un terrible asesino en serie, interpretado por Ralph Fiennes, que tiene tras de si la muerte de varias familias. Para ello, William Graham debe de pedir consejo al hombre que estuvo a punto de matarlo, el frío y calculador Hannibal Lecter.
Esta es mas o menos la premisa del film, que aunque no parte de una idea original (ya desarrollada por Jonathan Demme en su brillante película), si es desarrollada con mucho acierto...





Uno de los puntos álgidos de El Dragón Rojo se vive cuando tras una acelerada traducción de una nota encriptada entre el Dr. Lecter y el asesino denominado el Duende Dentudo ( por morder a sus victimas con su deformada dentadura), se descubre que el caníbal le ha facilitado la dirección de Graham para que el criminal acabe con su familia. Toda la acción de este hecho parte desde el hallazgo de una carta manuscrita escondida en la celda de Hannibal, hasta que la policía irrumpe en casa del detective para poner a salvo a la mujer e hijo del agente del FBI. Ratner consigue ir elevando la angustia de toda la escena, desde sus inicios, con la celeridad para reponer la nota por los efectivos del FBI para que Lecter no se percate de ello, hasta los esfuerzos por resolver el rompecabezas del mensaje, y, terminando con la llamada en mitad de la noche a Will para comunicarle que no se altere pero que su familia esta en serio peligro... brillante...
 




También destaca la muerte del periodista que sigue el caso, que asiste tembloroso a la "metamorfosis" del asesino Francis Dolarhyde en un ser "mitológico", eso sí, según la propia filosofía histriónica del psicópata asesino...
Tras ser secuestrado, el reportero despierta pegado a una silla de ruedas para observar el enorme y pavoroso tatuaje en la espalda del "duende dentudo" . Junto a los llorosos ojos de la victima, el espectador observa el enorme tatuaje que el asesino lleva en su espalda... un demonio pintado con alas que brota como una amenaza inmediata... efectiva.... y terrorífica... una simbiosis magistral entre hombre y diablo...
No olvidamos como este macabro rol se acentúa en la mente de Dolarhyde cuando en el interior de un museo en Brooklyn pide ver la ilustración original del Dragon Rojo de William Blake (el tatuaje) y tras observarlo extasiado, lo engulle con mezcla de furia y regocijo. En su huida del recinto la cámara lo acompaña mientras en su rostro se observa una presumible transformación interna que lo sumerge aún mas en su escalada de frenesí incontrolable... en su demencia asume que él mismo, es el Dragón Rojo del apocalipsis ...



Sin grandes pretensiones ... aunque siempre correctísimo, Ratner remata la película con la presunta muerte del criminal (tantas veces utilizada en el séptimo arte) y un dramático duelo final con Graham, tras la lógica resurrección del asesino...
El "duende dentudo" decide vengarse del agente del FBI acabando con toda su familia. Consigue atrapar al hijo y con un enorme cristal, a modo de cuchillo, amenaza con cortale el cuello. Pero Dolarhyde no sabe que Graham ha leído su delirante diario conociendo que su psicosis parte de una infancia de malos tratos y humillaciones perpetrados por su autoritaria y cruenta abuela.
Así, imitando la voz de una anciana, Will logra introducirse en la mente del asesino, bloqueando su conducta por unos segundos, permitiendo que salve la vida de su hijo.

Todo concluye con un impactante intercambio de disparos que termina con la vida del asesino que es rematado por la mujer de Graham, ya que éste se halla malherido. Aquí se funde inicio y final del film, meterse en la mente de un despiadado criminal le ha llevado, de nuevo, al borde de la muerte, al fin y al cabo adentrase en el oscuro pozo de algunas psiques humanas tiene sus riesgos... y Graham lo asume... cuando se despide de todo navegando en su barco...
.









V. TEPES...