Maniac
(2012) es un excelente remake de una película de culto del mismo título (del
año 1980) dirigida de forma admirable por Franck Khalfoun. Un film que, con una
música excepcional (incluyendo un sublime homenaje a “El silencio de los
corderos”) es capaz de sumergirnos de forma pavorosa y casi asfixiante en la
mente criminal de su protagonista, Frank, interpretado por un nada previsible
Elija Wood. Y es que precisamente, en "Maniac" encontramos otro gran ejemplo de
cómo una correcta dirección apoyada en una música adecuada, puede originar una
perfecta conjunción para hacer que el espectador capte y paladee la viscosa atmosfera
que pretende transmitir el director. ¿Y a donde que nos quiere trasladar
Khalfoun?. A una chirriante pesadilla. Introducirnos en la mente de un asesino
en serie que no es dueño de sus actos, mostrándonos como su realidad cotidiana
esta moldeada y torturada por unos recuerdos escabrosos de su niñez, que son,
al fin y al cabo, los que han creado y cincelado a un terrible y despiadado homicida.
Con una angustiante realización subjetiva, que muestra en todo momento el punto
de vista del asesino, Khalfoun logra su principal y único objetivo en este film,
que nos empapemos con los sangrientos asesinatos de Frank y comprendamos en
parte sus motivaciones. Brillante en muchos aspectos técnicos, la película destaca
sobremanera en la excelente recreación del hogar del asesino rodeado de
inexpresivos maniquís, envueltos en sombras, cubiertos con la cabellera de sus
víctimas.
"Maniac" cumple
a la perfección con su cometido… aterrorizarnos con los demonios internos de
una persona anónima, de apariencia inofensiva pero que esconde un autentico
volcán de violencia en su interior y cuya mente, ni siquiera tratada con
medicamentos, puede contener… La bestia que todos podemos albergar en algún
lugar de nuestra alma es el mayor monstruo de nuestras pesadillas… nuestro
mayor miedo… que en algún momento despierte y nos devore…
V.TEPES