domingo, 14 de febrero de 2016

POSESION INFERNAL: EL LIBRO DE LOS MUERTOS


 
 
 


 Posesión infernal (The Evil Dead. 1981) es un potente y efectivo film de culto de terror, donde su director, Sam Raimi demostró que, con un bajo presupuesto, un puñado de actores, entre los que destaca un Bruce Campbell estelar,  y un escenario reducido era capaz de lograr una obra maestra.
La trama es interesante, un grupo de jóvenes viajan hasta una apartada cabaña para pasar unas vacaciones y, allí, sin pretenderlo, a través de las páginas de un antiquísimo libro, abren las puertas de un oscuro y violento infierno…




 
 
Con una dirección innovadora, Raimi ofrece un amplio y espectacular recurso de planos que brindan una inédita y atractiva perspectiva a una historia que, en un principio, podría parecer harto conocida por los seguidores del cine de terror.
Sam Raimi otorga al film de una crudeza y tono documental que hace muy creíble toda la historia, creando una atmosfera espesa y lúgubre. Y es que el director era muy consciente que la carencia de medios podía solventarse con muchas dosis de talento por lo que se deleita colocando la cámara en los lugares más imprevisibles para lograr impactantes efectos visuales. Planos de 360 grados, planos cortos, cenitales, contrapicados, subjetivos, etc. un autentico recital para mantener la atención y la tensión en los espectadores. Pocas veces se ha visto en el cine tanta creatividad visual a la hora de contar una historia…



 

 
Pero además, no contento con esto, Sam Raimi, inserta, con brillante acierto, otro protagonista en la cinta, el sonido, otorgándole a todo el film un clima de pesadilla bastante logrado. Y es que, a parte de una música absorbente, el uso de los sonidos “comunes”, como simples golpes, la maquinaria de un reloj, o, por ejemplo, el ruido de unas llaves, se convierten, de la mano del director, en inesperados transmisores del horror.

También es meritorio, el exquisito gusto de Raimi por ofrecer un “gore” medido y calculado para elevar hasta su frenético y apoteósico final la trama de la película… que se revela, con el paso de los minutos, en un angustioso y terrorífico viaje hacia lo más profundo de las pesadillas humanas…

 
 

 
Un descenso hasta los infiernos de la razón donde habitan los más pavorosos demonios… Escenificado de forma impecable por Sam Raimi, en la secuencia del protagonista en el sótano, donde la “locura” parece querer apoderarse de su mente, y que concluye con un impactante plano de Bruce Campbell desde detrás del péndulo de un reloj…
Y como no podía ser de otra forma, el final de “Posesión Infernal” es como el despertar de una grotesca pesadilla… seco y desgarrador como la hoja de un cuchillo… con el protagonista a merced de la omnipresente entidad demoniaca que, sin ser visible en ningún momento de la película, produce un terror infinito con su persecución implacable desde los inicios del metraje…

Por tanto, Posesión Infernal no es sólo una obra maestra del cine de Terror, sino una obra de referencia y estudio para todos los estudiantes del séptimo arte…









V. TEPES